Diario español El País. La mezcla de Internet e imágenes de soldados en Afganistán ha vuelto a
poner en el punto de mira al Ejército estadounidense. Esta vez la
causante de la polémica ha sido una fotografía tomada en septiembre 2010
en Sanguin (al sur del país asiático), pero que ha corrido estos días
por la Red, en la que se ve a un grupo de 10 marines posando delante de
una bandera estadounidense con otra que parece cosida debajo con el
símbolo nazi de las SS.
El cuerpo de infantería de marines ha asegurado en un comunicado que
el uso de ese símbolo es “inaceptable”, pero los soldados que aparecen
en la foto no serán castigados. Según la cadena Fox, los marines
utilizaron el símbolo de las SS porque, para ellos, representaba las
palabras sniper scouts, algo así como exploradores francotiradores, pero
que su intención no era la de vincularse a ninguna simbología nazi.
La base militar ha informado de que se ha abierto una investigación:
“No parece que el incidente esté motivado por racismo. Los involucrados
han reconocido que el símbolo [nazi] podía ser malinterpretado y que no
está en consonancia con la filosofía y valores del Cuerpo de Marina”. El
comandante de la unidad no los sancionó porque actuaron por ignorancia,
no intolerancia, según ha explicado un portavoz castrense este jueves.
“No sabían que se estaban vinculando con algo que es racista, fascista”,
ha añadido el portavoz de la base de Camp Pendleton (California), a la
que pertenecían los marines.
La Fundación para la Libertad Religiosa en el Estamento Militar,
organización independiente que vela por la protección de las minorías
religiosas en las Fuerzas Armadas, exigió una investigación: “El que
soldados de servicio de Estados Unidos fueran fotografiados posando
orgullosamente con el emblema de las SS nazis, que simboliza la vil
ideología del fascismo hitleriano, envía una señal amenazante para las
minorías religiosas de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos”, ha
declarado el presidente de la fundación Michael Weinstein.
El mes pasado, otra unidad de marines de Camp Lejeune, en Carolina
del Norte (EEUU), se vio implicada en otro escándalo después de que se
hiciera público un polémico vídeo en el que parece verse a varios
soldados orinando sobre los cadáveres de afganos. El secretario de
Defensa, Leon Panetta, condenó este acto “en los términos más enérgicos”
y consideró que el comportamiento de los soldados fue “totalmente
deplorable”.
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