"Intenta Robar un Sándwich Con Un Revolver." Un ladronzuelo quiso apropiarse del cena de un trabajador y
lo amenazó con un arma en la cabeza. Luego se acobardó, y huyó.
Garry Bell, un sereno de una pequeña fábrica en la ciudad de
Aukland, Nueva Zelanda, se vio sorprendido cuando un adolescente lo frenó en la
calle y le apuntó con su revolver en la cabeza para robarle las bolsita donde
llevaba un sándwich de queso y cebolla, papas fritas y una botellita de
gaseosa.
Al sentirse amenazado por el muchacho, Bell no se amedrentó,
y a pesar de tener el frío metal de la pistola apoyado en la sien, enfureció y
empezó a insultar al ladrón. Tal vez avergonzado y sin respuestas ante la
imprevista reacción de su víctima, el adolescente guardó el arma y salió
corriendo sin el sabroso botín.
"Pensé que se trataba de una broma", declaró Bell
a las autoridades. Resulta que Garry siguió camino a su trabajo luego del
incidente, y recién hizo la denuncia a la mañana siguiente. "No pensé que
el arma fuera real", prosiguió con la declaración, "y definitivamente
disfruté muchísimo ese sándwich que el ladrón no logró arrebatarme".
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