Este ambicioso proyecto en forma de “pirámide invertida”
es la propuesta que ha presentado uno de los despachos de arquitectos
más importantes en México para sacarse de la manga el edificio más
moderno del mundo en el corazón tradicional de la capital.
Las diez plantas situadas más cerca de la superficie se destinarán a la construcción de un museo y un centro cultural dedicados a los aztecas en una especie de homenaje a los primeros que en aquellas tierras desafiaron a las leyes de la construcción con sus pirámides.
Las diez plantas situadas más cerca de la superficie se destinarán a la construcción de un museo y un centro cultural dedicados a los aztecas en una especie de homenaje a los primeros que en aquellas tierras desafiaron a las leyes de la construcción con sus pirámides.
Tras esta primera zona, los arquitectos han diseñado un centro comercial destinado a pequeñas tiendas con
el mismo concepto que cualquier otra gran superficie actual, pero toda
ella bajo tierra. A continuación, el visitante encontrará una zona
residencial con apartamentos equipados con todos los adelantos pero, por
supuesto, sin una ventana desde la que asomarse al amanecer.
Con este proyecto se pretende cuadrar un círculo imposible: levantar (es un decir, quizás sería más apropiado “enterrar”) una gran zona residencial y comercial en una ciudad en la que está totalmente prohibido tocar un solo edificio protegido.
Y hacerlo, además, en la emblemática plaza del Zócalo, una de las más
grandes del mundo con sus 57.600 metros cuadrados, a los pies de la
catedral, el Palacio Nacional y las sedes del Gobierno del Distrito
Federal.
Con información de larazón.es
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