Cada
postura sexual permite, no sólo disfrutar, sino perder peso, gracias a
los distintos grupos de músculos que se trabajan. Desde 125 calorías en
un coito «sencillo», hasta 500 en las posturas más enrevesadas, publicó La Razón.
La empuja contra la pared. Los latidos aumentan. La sostiene con
fuerza por las nalgas y la eleva. El ritmo cardíaco se dispara. Hace
fuerza con las piernas mientras ella, izada en el aire, se aferra a su
cuerpo enlazando las piernas alrededor de su cintura. Y si aguantan así
entre 15 y 25 minutos, no sólo disfrutarán del sexo más apasionado, sino
que además quemarán unas 500 calorías cada uno. Así lo afirma Pierre
Durand, nutricionista y autor de la obra «Adelgazar haciendo el amor»,
en la que detalla las posturas más eficientes para perder peso.
Antes de…
Y los preliminares también cuentan. Mientras le quitas la ropa a la
pareja, tú te quitas 120 y un buen beso representa 60 calorías, a las
que se añaden 20 durante una sesión de caricias.
Una vez metidos en faena, el experto señala que, en general, las
posturas en las que la pareja está de pie son las que contribuyen a
quemar más calorías, ya que se trabajan todos los músculos del cuerpo
para mantener el equilibrio y el esfuerzo es mayor para realizar los
movimientos propios del coito. Para los escépticos, esta técnica tiene
su ciencia, ya que la vasodilatación de las zonas genitales erógenas
ayuda a perder calorías.
De rodillas
Esta postura consume, pero no es la única. Otra de las más completas es
en la que ambos están de rodillas, él tras ella con el cuerpo hacia
atrás apoyado sobre las manos, y ella con el cuerpo arqueado.
Pero si lo que se prefiere es bajar «barriga», en el caso de la mujer,
ésta puede tumbarse boca arriba y subir las piernas para apoyarlas en el
hombro de la pareja, que estará de rodillas y al penetrarla estará
fortaleciendo sus cuádriceps. No obstante, y pese a lo complicadas que
puedan parecer para algunos ciertas posturas, Durand explicó a este
semanario que «cualquiera puede conseguirlo, y lo de las sesiones es
flexible. No estamos hablando de matemáticas sino de seres humanos y no
hay dos personas iguales». Ahora bien, lo que siempre suma es el orgasmo
que acaba con unas 27 calorías. De hecho, según matizan los expertos,
es un excelente ejercicio cardiovascular. «Acelera brevemente el compás
cardíaco hasta alcanzar un ritmo comparable al que produce correr»,
especifica Durand.
En cuanto al tiempo, que nadie tema, porque no se trata de maratones ni
de estar pendientes constantemente del reloj. Y es que si la pareja
tiene que estar pendiente del reloj, estaríamos hablando de gimnasia y
no de erotismo. Por ello, cada uno puede proceder según sus habilidades y
posibilidades. De hecho, a ritmo mucho más suave y en posturas más
clásicas que no requieren demasiado esfuerzo, se pueden quemar, según la
experta en deporte Terri Walsh, «unas 125 calorías tras 30 minutos».
Pero no basta con practicar sexo. Hay que acompañarlo con unas recetas
saludables que se incluyen después de cada sesión amatoria. Lo que no es
del todo incompatible con las escenas eróticas a lo «Nueve semanas y
media». Se puede usar a la pareja como plato para saborear yogur,
sorbetes de fresa, nata… Siempre que sea «light».
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