El consumo frecuente de frutas, verduras y pescado se asocia a una
prevalencia más baja del asma, mientras que un alto consumo de
hamburguesas trae consigo una mayor incidencia de esta enfermedad
respiratoria. Así se ha puesto de relieve hoy en la II Jornada sobre
Salud Infantil y Medio Ambiente, organizada por la Fundación Roger Torné
en colaboración con la Asociación Española de Pediatría de Atención
Primaria (AEPap) y la Fundación La Caixa, en la que los pediatras han
confirmado que la dieta, la contaminación y la sequía son factores que
pueden propiciar la aparición del asma.
El doctor Manuel Praena, coordinador del Grupo de Vías Respiratorias
de la AEPap, ha mostrado algunas evidencias que apoyan la idea de la
interacción del medio ambiente en la genética de los individuos, han
informado los organizadores en un comunicado. Para este doctor, “el
riesgo ambiental más consistente y significativo para el desarrollo del
asma en la niñez es la exposición al humo de tabaco, hecho que se ha
identificado en numerosos estudio epidemiológicos”. Asimismo, el
tabaquismo pasivo que sufren las embarazadas por otros miembros de la
familia que fuman, también es una fuente importante para el desarrollo
del asma en los fetos. Aunque hay muchas pruebas de que la contaminación
del aire exacerba el asma ya existente, no está bien establecido su
vínculo con el desarrollo de la patología, debido a que hay pocos
estudios prospectivos, según el doctor Praena.
Por su parte, el doctor Aaron Bernstein, de la Harvard School y
pediatra del Children’s Hospital de Boston ha advertido de como el
cambio climático ya ha comenzado a repercutir en la salud de los niños a
nivel mundial porque afecta a la calidad del aire y a la disponibilidad
de alimentos y de agua dulce.
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