Después de que el 11 de marzo, Japón se viera sacudido por un
terremoto que posteriormente causó un tsunami, comenzaron los trabajos
de rescate y la cobertura de los medios. Canales de televisión,
periódicos y sitios de internet, publicaron imágenes de la devastación
que sufrió dicho país.
Como se menciona en elmundo.es, uno de tantos fotógrafos, Tadashi
Ohkubo, fue el afortunado en encontrar de frente, a su llegada a la zona
de desastre, una escena digna de capturarse.
"Acababa de llegar a la ciudad, bajé del coche y vi a mucha gente en
medio de la confusión. De repente, descubrí a una mujer buscando algo a
lo lejos. No sé explicar por qué, pero cuando me vi frente a ella supe
que ese momento tenía importancia".
La fotografía fue portada de por lo menos 50 publicaciones y se
convirtió en emblema de la catástrofe, pues como declaró la directora de
la revista Paris Match, "la imagen no era dura ni cruel, pero al mismo
tiempo transmitía la esencia del drama que vivía Japón en ese momento".
La angustia en el rostro de la madre no era para menos, pues ese día
una ola de 9 metros de alto, arrastró a cientos de niños. Además la
incertidumbre aumentaba porque Yuko no podía acercarse a la escuela de
su hijo por los bloqueos causados por los escombros.
No fue hasta el día siguiente que la madre y su esposo, Harunori,
pudieron iniciar una búsqueda en forma. Aunque la información que
obtenían sobre el paradero de su hijo era confusa, pues algunas personas
decían que los niños de la escuela habían sido rescatados y otros
decían que habían sido arrastrados por la ola.
En realidad los 11 niños y 14 maestros que se encontraban en la
escuela fueron rescatados con calma cuando la ola tocó tierra, primero
subiendo al segundo piso y posteriormente al techo, cuando el agua
empezó a introducirse al edificio. Para protegerse del clima, los niños
utilizaron tapetes de gimnasio como rompe vientos y permanecieron
abrazados para conservar el calor.
Tres días después del desastre, Yuko supo que su hijo había sido
llevado a la Universidad Senshu de Ishinomaki, a donde se dirigió y pudo
reunirse de nuevo con su hijo.
Después de un mes y medio del terremoto, la revista Paris Match buscó
a la mujer que había ilustrado la portada de su publicación tras el
desastre natural, y publicó la historia de cómo Yuko finalmente encontró
a su hijo.
La madre de Raito, declaró que en ese momento no se percató de que le
habían tomado la fotografía y tampoco imaginó que se convertiría en la
imagen del terremoto. "No fui consciente de la importancia de la imagen
hasta que llegué a Francia", comentó Yuko, que supo gracias a una amiga
que se había convertido en portada de la revista semanas después del
sismo.
La familia ahora se ha reunido con el fotógrafo en mejores
circunstancias. "Lo primero que hemos hecho es darnos las gracias",
comentó Yuko. "Siempre sentí que a ella no le hubiera gustado saber que
yo le estaba tomando la fotografía. Por eso cuando ella me dio las
gracias me quedé tranquilo. Sus palabras me reconfortaron por primera
vez en meses", comentó el fotógrafo.
Un mes después de la tragedia, Yuko y su familia viven en una casa
rentada en otro lado de la zona. "Siempre y cuando mi hijo este conmigo,
puedo afrontar cualquier cosa".
Cortesia de10.com.mx
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